El Lean Manufacturing surgió de la necesidad de mejorar la competitividad gestionando mejor los recursos productivos a través de la eliminación sistemática de los derroches. Entendemos derroche como toda aquella operación que no aporta funcionalidad al producto (o servicio).
Enseguida este principio se empezó a aplicar a procesos no productivos como los procesos administrativos y después a los procesos mas complejos de gestión del negocio.
Para identificar el derroche y el valor añadido basta preguntarse: ¿cuándo diría mi cliente (interno o externo) que este proceso/servicio “funciona bien”?
Todo aquello que hace que el proceso/servicio “funcione bien” a ojos del cliente es Valor; el resto derroche para eliminar o minimizar.